La princesa Mako abandona la familia imperial para casarse con un plebeyo

La historia de la (ex) princesa Mako Akishino (actualmente Mako Komuro) parece sacada de un cuento. La princesa Mako abandona la familia imperial, renunciando a todos sus privilegios, para casarse con el amor de su vida, Kei Komuro. Cuando renunció a la dote que le pertocaba (más de un millón de dólares) la princesa anunció: «Mi amor por Kei-San no tiene precio. Para nosotros, nuestro matrimonio era una decisión necesaria para poder vivir felizmente». Komuro expresa el amor por su prometida con estas palabras: «Amo a Mako. Solo tengo una vida y quiero vivirla con la persona a la que quiero».

¿Cómo se conocieron?

Su historia se remonta a más de una década. Se conocieron en el año 2012, cuando ambos eran estudiantes de la Universidad Internacional Cristiana de Tokyo. Ahí fue donde se enamoraron. Su compromiso se anunció en el año 2017, pero no se han podido casar hasta tres años más tarde, ya que la casa imperial necesitaba hacer «ajustes económicos» para lidiar con la situación.

La pareja se casó sin los ritos ceremoniales que supone una boda imperial. Tuvieron una pequeña celebración privada donde se prometieron amor eterno. Tras el acto de despedida de la familia imperial (que podéis ver en este enlace) la pareja se marchó a vivir a Nueva York, donde Komuro trabajará en un prestigioso despacho de abogados. Ambos esperan crear una familia y ser felices.

¿Por qué debe renunciar a su título la princesa Mako?

Los padres de la princesa Mako han vivido una situación parecida a la de su hija: el padre se casó con una plebeya (lo cual causó un enorme furor y desaprobación) y mantuvo su título y los privilegios en la corte. ¿Por qué entonces laprincesa Mako debe renunciar a ello?

Las leyes de la casa real solo permiten sucesión masculina. Solo los hombres pueden llevar el nombre de la familia, mientras las mujeres deben renunciar a su título en caso de que quieran casarse con un plebeyo. Una ley anticuada y machista como la monarquía misma, pero una ley en la cual se sigue creyendo.

La princesa Mako va a ser la primera mujer miembro de la familia imperial que va a renunciar tanto a la dote y como a los ritos que supone un matrimonio imperial.

La historia de Mako y Komuro es una historia de cuento, con un final feliz donde el amor  está por encima de todo y siempre triunfa.