El arte del lenguaje de las flores
Pensando en la decoración del día de nupcias, es natural que dependiendo del momento, la ocasión o el propósito nos parezca conveniente escoger una u otra flor. Con sus colores y perfumes, transforman cada evento en un momento especial; nacimientos, bodas, cumpleaños, aniversarios… incluso hacen de las últimas despedidas momentos de paz y sosiego.
Pero, ¿de qué manera podemos jugar con las flores para conseguir que el día de nuestra boda los invitados capten perfectamente el espíritu de la unión que estamos celebrando? Sigue leyendo y descubre el fascinante mundo del lenguaje de las flores -o floriografía-, y atina a la perfección el día de tu enlace.
Las flores han sido utilizadas como medio de comunicación desde la antigua Persia, y aunque hoy solo podemos especular y suponer de qué manera se empleaban exactamente, es bien sabido que era tan hermoso como complejo.
Si creemos que el lenguaje dependía únicamente de las flores empleadas, estamos muy equivocadas. La relación entre el emisor y el receptor era igual o todavía más importante que la propia planta, y según esta, la intención podía ser o muy obvia o muy enrevesada; la misma flor, dependiendo de estos factores, podía significar tanto amor como odio. De hecho, el tratamiento que el destinatario daba al arreglo recibido también tenía muchísima importancia, según si lo devolvía, lo exhibía, o lo despreciaba tirándolo al suelo.
Durante la época victoriana y la máxima expresión de la floriografía entre los cortesanos, las flores eran mandadas entre cualquier persona para expresar distintos mensajes codificados. No podemos olvidar que, aun encontrándose en una sociedad extremadamente conservadora, la población -independientemente de las diferencias entre estamentos o géneros- necesitaba exteriorizar sentimientos inexpresables mediante palabras, los cuales los arreglos florales simbolizaban a la perfección.
Ahora que conocemos un poco más acerca de la floriografía y del arte de expresarnos mediante estas maravillas de la naturaleza, ahondemos en los significados de algunas flores para poder elegir a la perfección uno de los elementos decorativos más importantes en cualquier celebración, incluidas por supuesto las bodas.
Las rosas, según su color, nos dicen una cosa u otra. Centrándonos únicamente en los más extremos y contrarios, las rosas blancas nos indican pureza, inocencia o humildad; las rosas amarillas, amistad o celos; y las rojas, por otra parte, nos transmiten pasión, amor, e incluso lujuria. Ten en cuenta también que la cantidad es primordial; una sola rosa representa el enamoramiento, una docena el deseo de permanecer juntos para siempre, con dieciocho se pide disculpas, y con veinticinco se felicita.
La mimosa simboliza tanto a las mujeres -ya que florece en marzo-, como a la fuerza, gracias a su perfume y su color. Las orquídeas representan la belleza, el encanto y la sensualidad. Los narcisos -como es natural-, la vanidad. El lirio transmite nobleza y orgullo; el jazmín y el clavel, amor y alegría; la hortensia, el amor sincero; el girasol la luz y la alegría; la cala, estima y admiración; y el ave del paraíso, elegancia y nobleza.
Esperamos que mediante este artículo os sea más simple elegir las flores perfectas para uno de los días más importantes de vuestras vidas, y consigáis transmitir vuestro mensaje impecablemente.